Palabras

Se aconseja leer acompañado de Palabras más, palabras menos de Los Rodríguez http://www.youtube.com/watch?v=D_pJEaXPgTg

La palabrería es un término que a menudo se ha usado como despectivo. Sin embargo el don de la palabra es algo que se tiene en estima y consideración de forma que a quien lo posea se le atribuye cierto poder de convicción básicamente.

El caso es que, de un tiempo a esta parte, empiezo a valorar las palabras en su justa medida o al menos lo intento. Desde el hecho de tratar de medirlas cuando las circunstancias así lo aconsejan hasta el otro hecho no menos importante de darle la suficiente dimensión dramática a una situación con las palabras adecuadas y justas.

A veces nos sentimos traicionados por las personas pero sobretodo por sus palabras. Las mismas que un día sirven para abrir el corazón de una persona y expresar lo que siente son las mismas pero distintas las que interponen una barrera infranqueable entre corazones. Existen palabras frías, vacías de sentimiento, esas que no encierran nada en su interior. Es como si al decir "te quiero" no salga el alma tras esa última o. Hay palabras adecuadas, otras inoportunas y sin presencia física las palabras se tornan mensajeras de sentimientos.

Palabras más, palabras menos, donde esté una buena frase y una selección natural de vocablos sinceros que se quiten todos los emoticonos del mundo. Siguiente paso: acompañar a las palabras con los actos adecuados pero eso ya será parte de cualquier otra entrada de blog.

las puertas de al lado

Se aconseja leer acompañado de La puerta de al lado de Los Rodríguez http://www.youtube.com/watch?v=kFD_ImVXAdM

Los hoteles son esos lugares fascinantes en que los cruces de vidas y caminos se producen constantemente. Extrañas parejas habitan sus zonas comunes y generalmente coinciden en las horas del desayuno para continuar con sus existencias y propósitos el resto de la jornada.

Desde la pareja de extranjeros que se entretienen con  huevos revueltos y guía turística al unísono, empleado y jefe que tratan de conversar todo el tiempo para evitar lo incómodo de acompañarse mutuamente o los amantes que aún por la mañana siguen devorándose con la mirada sin echar realmente mucha cuenta a los zumos y napolitanas de su mesa.

También está el solitario enchaquetado que, periódico siempre en mano, parece vivir de forma perenne en este o en otros hoteles. Es habitual que la tranquila cafetería deje de serlo cuando una familia numerosa irrumpa en ella, niños incluídos, haciéndonos creer que es la primera vez en su vida que desayunan o descubren el buffet.

Ya es hora de salir de aquí, cruzar la recepción con el habitual "buenos días" y dejar a mis vecinos de las puertas de al lado que sigan con sus vidas. La carretera me espera pero eso ya será objeto de otro entrada de blog....

Boca a boca

 Se aconseja leer acompañado de El Cantante interpretada por Andrés Calamaro
http://www.youtube.com/watch?v=SOtlWKFq_2E


Por muchas wikipedias, prensa escrita, portales digitales y demás medios aparentamente impersonales que existan nada puede sustituir la capacidad de un buen comunicador.

Esa transmisión de información o de opinión basada en un cara a cara con esa riqueza de matices y de referencias gestuales es algo difícil de superar. Junto a cada palabra puede ir una emoción, una entonación que finalmente va a influir en nuestro convencimiento o nivel de credibilidad de lo que nos están contando.

Será por eso que, con la cantidad de profesores que he tenido en el transcurso de mi vida estudiantil, ahora desde la lejanía temporal apenas soy capaz de recordar como importantes unos pocos, contadas excepciones de excepcionalidad educativa que con ejemplos y empatía sabían llegar al pensamiento del por el entonces niño o adolescente que les escribe.

Quizás sea por eso que la música en directo tiene mucha más fuerza. La historia que nos cuenta, la experincia, la poesía que encierre su letra se vuelve viva en voz de su autor o intérprete que la haga suya. Canciones cantadas con rabia cuando es protesta, con aires seductores cuando el guión lo exige, con ternura, emoción, optimismo, desesperación... Hay muchas canciones que sólo las llegué a comprender cuando las vi en directo, cuando me hizo vibrar, reir, bailar o llorar.

¿Dónde están?

Se aconseja leer acompañado de 1992 de Neorama http://www.youtube.com/watch?v=_vZSGhASmAU

No soy muy amigo de mirar al pasado. Soy nostálgico. No es porque piense que cualquier tiempo pasado fue mejor (sobretodo porque no sé lo que me deparará el futuro) sino porque más que utilizar las palabras mejor o peor lo cierto es que todo será y ha sido diferente.

Hay días, fechas, momentos o canciones con las que uno viaja al pasado y se pregunta ¿dónde están? y...por qué no... ¿dónde estoy?.

Amigos que nos da la sensación que llevan a nuestro lado toda la vida y qué es difícil cuantificar en años y aún menos en vivencias juntos (algunos también por números de cervezas compartidas) esa amistad.

Pero no están todos los que algún día fui digno de que me llamaran amigo suyo. Algunos porque ya no están, otros porque no sé dónde están. Cada pregunta sin respuesta es un pequeño fracaso, un devenir de la vida que casi siempre sin darnos cuenta nos pone difícil no evolucionar en nuestros círculos de amistades olvidando a algunos y dando la bienvenida a otros que, repitiéndome, no serán mejores ni peores pero siempre diferentes.

¿dónde está aquel amigo que me retaba en los recreativos? ¿y aquel con el que compartíamos nuestras primeras litronas? ¿y con quién confesaba los primeros amores? ¿y ese con quien saltaba y cantaba en los primeros conciertos?

Y... qué mejor canción para ilustar este texto que 1992 de Neorama, por cierto ¿dónde están neorama?

¿Más suerte?

Se aconseja leer acompañado de Más suerte, de Second http://www.youtube.com/watch?v=vurL7H6DaSA

Hoy recordé esos libros que leía de joven en los que una decisión o su contraria te llevan a una u otra página. Tenemos que reconocer que cuándo no nos gustaba hacia dónde nos llevaba la decisión todos hacíamos trampas y volvíamos sobre nuestros pasos intentando alargar al máximo nuestra experiencia con el libro y, por supuesto, llegar a un final satisfactorio.

Hoy he fantaseado con que eso se pudiera hacer en la vida real. Tomar decisiones con la plena libertad de saber que si no nos lleva dónde pensábamos el plan b siempre estará ahí, esperándonos, para continuar en el incierto camino de la responsabilidad y la libertad.

Pero la vida no es un libro. Si algo sabemos del tiempo es que no nos permite retroceder a menos que tengamos el Delorean de El regreso al futuro. Como mucho...el tiempo nos permite pararlo. Se para en esos momentos únicos donde sobra el reloj. Esos instantes que recordarás toda tu vida sin necesidad de ponerle fecha ni hora. Son esos momentos que se incorporan a tu vida sin fecha de caducidad.

A veces aquellos libros te ponían trampas, te hacían creer que tu elección A sería la buena pero un león, unas arenas movedizas o una felcha en medio del corazón ponían prematuramente fin a tu aventura por aquellas hojas de incipiente adolescencia. En la vida las decisiones son únicas y la oportunidad de volver atrás es sólo un espejismo...así que...sigamos leyendo.