viernes, 23 de octubre de 2015

Cuando contó hasta 10

Se aconseja leer acompañado de Antes de que cuente diez de Fito & Fitipaldis https://www.youtube.com/watch?v=275IksF2fQM

Cuando contó 1 no sabía ni siquiera contar, ni sabía que significaba contar pero alzaba su pequeño índice señalando que quería ese 1, con determinación y sin lugar a la duda.

Cuando contó 2 pensó que ya no sería 1 nunca más, que no estaría sola ninguna noche ni ningún domingo por la tarde. Sentía que ese 2 era el mejor del mundo que por aquel entonces estaba lleno de muchos 2 más. 2 era perfecto, ni sobra ni falta, era su 2 racional pero también su 2 mágico porque cada 2 es único.

Contaba 2 para reir, para compartir, para planear. Las camas estaban hechas para 2, sea cual sea el tamaño.

Nunca quiso contar 3. Nunca le gustaron los números impares. Ella era ordenada, metódica...¿para qué contar 3? Per en ese momento alguien dijo No, no, no,no, no....

En muy pocas camas caben 3. Hay quien lo intenta pero al final alguien termina cayéndose de ella. Y entonces se vuelve al 1, que no al 2.

Cuando quieres seguir contando ya los números no cuadran, hay muchos decimales por medio. Las camas a veces se llenan y a veces se vacían. Los números se multiplican y luego se dividen para volver frecuentemente al 1 pero esta vez sin determinación y con dudas.

Y así ella va cumpliendo años, va cumpliendo sueños y olvidando otros. Ella se sienta en aquel bar disimulando que lee un libro, el mismo libro cada día. Ese libro que alguien le regaló cuando contó hasta 10 y le dijo No, no, no,no,no....

domingo, 4 de octubre de 2015

Que todo aquello fue una broma

Se aconseja leer acompañado de La gran broma final de Nacho Vegas https://www.youtube.com/watch?v=MYK1SQS4dSQ

Que todo aquello fue una broma, ahora lo veo claro. Mi adicción al humor negro y a veces por el humor absurdo y oportunista tenía que llevarme a algún sitio.

Pero aquel día ninguno de los 4 reíamos, todo lo contrario. Demasiado serio para ser una broma y demasiado complicado para que entendiéramos el chiste. Y después de que hayan pasado años aún sigo buscando la cámara oculta porque a buen seguro habrá mucha gente llorando a carcajadas con lo que fue la gran broma final. El día que descubres que el amor, ese amor, fue una estafa y quise gritar sin que hubiera nadie al otro lado de la cama, ni al otro lado del teléfono.

Que todo aquello fue una broma, que representé a la perfección mi papel y que a la directora le lloverían mil premios por un guión y una escenificación perfecta sin prácticamente fisuras. Y yo que lucía feliz por mi papel protagonista el día de la gran broma final me di cuenta que siempre fui un secundario en la historia. Dueño de mi destino a medias y sin control sobre mis deseos ni mis lágrimas.

Que todo aquello fue una broma y que algún día cuando por las noches sueño con lo que pasó, algún día reiré. Ojalá.