jueves, 29 de octubre de 2009

Los "ladrillos" de Quique

Si alguien ha leído este blog con asiduidad ya sabrá de mi admiración por Quique González, llevada hasta la tozudez en diversas entradas. La aparición de "Daiquiri blues" está copando foros y blogs, que echan humo ante la nueva obra de Quique. Las opiniones son dispares, aunque el gran Hoardings lo ha resumido como pocos, y me ha hecho reflexionar acerca de lo difícil que es conectar con los discos de Quique a la primera.

Eso me hizo pensar en que, a pesar de mi devoción, Quique ha compuesto algunos temas que me provocan auténtica urticaria, ladrillazos densos y aburridos. Y lo peor es que muchos de ellos han sido habituales en sus conciertos. Esas canciones, que han ido creciendo disco a disco, nunca han restado un ápice de mi afición por QG, aunque me han ayudado a ponderar su figura y ser consciente de esas taras que cualquier genio incorpora (otra cosa es que en público yo las reconozca)

Así que, poniéndome en plan Nick Hornby, he aquí mi top five de Ladrillos de Quique:

- Deportado. Kamikazes es un disco que me costó descubrir. Aun así, tanto las instrumentales de Raya como este tema me sobran, en especial su estribillo (yo quiero vivir en libertad , quiero rodar películas sin polis). El tono quejicoso de Quique tampoco ayuda.

- Los motivos. En general "La noche americana" es el disco de Quique que menos me gusta. A pesar de temas notables, encuentro mucha canción de relleno, empezando por ésta. Diría más: Alhajita, Vidas Cruzadas o Me agarraste, canciones muy coreadas por su público, me resultan mortalmente anodinas.

- De haberlo sabido. Ya los arpegios de su introducción me anuncian dolor, sufrimiento y mucho prozac. Quique llorón. Odioso.

- Backliners. Otro ladrillazo en toda regla. Cada vez que la tocaba en su última gira el concierto entraba en estado comatoso.

- Arañazos de piel roja. La number one, con diferencia. No puedo objetivar la razón, sólo sé que mi odio hacia ella es irracional y desmedido. Aunque la versión en directo con Javi Pedreira me parece interesante, el "sólo" de violín de "Ajuste de cuentas" me espanta.

Abierta la espita de la critica el ídolo, que no me crucifiquen los fans, a los que animo a reírse de sus gustos, que es muy sano, y que no aprovechen los detractores para arreciar sus inquinas. Hagan sus listas!

PD: "Riesgo y altura" tiene todas las papeletas para entrar en la lista, aunque le daremos un tiempo de adaptación.

lunes, 12 de octubre de 2009

The Cavern y mucho más

Casi recién aterrizado de la sorprendente ciudad de Liverpool he sentido el impulso de escribir en este blog lo que en estos intensos días he podido sentir y reflexionar.

Y enfoco esta entrada en el blog sobre algo que he discutido muchas veces con amigos y compañeros: la cultura musical. Desde que entras en Liverpool los letreros en los bares se suceden con un "Live Music" en su puerta junto al nombre del grupo local de turno, en la propia calle encuentras músicos que acompañados de sus guitarras te brindan su repertorio o bien estás degustando un excelente vino y d enuevo la música en directo ameniza tan sobresaliente momento.

Y seguiría diciendo más, tiendas de discos, de instrumentos musicales, salas de conciertos, un enorme y moderno auditorio e incluso un selecto y cuidado Dj set en las atestadas discotecas.

Y todo esto sin nombrar a los Beatles. Es cierto que su sello en la ciudad es imborrable y no seré yo quien entre a valorar lo indiscutible ni la magia que uno siente caminando por esas calles o tomando una pinta en el mismo lugar en el que ellos actuaron casi 300 veces.

No, voy más allá, junto al nombre de los Beatles aparecen muchos más, artistas que tuvieron el cariño, la oportunidad y el calor de los suyos y a los que no les faltó lugares donde tocar, aprender y recibir el aplauso que todo artista por poco egocéntrico que sea necesita. Todo ello es posible gracias a la cultura musical. La ciudad de Liverpool ha permitido que la música forme parte de su propia vida e historia, todo un ejemplo a seguir.

jueves, 1 de octubre de 2009

Relecturas: ¿Qué puedo hacer?

En este blog hemos discutido largo y tendido sobre las letras en el rock y su cercanía con la poesía. La posición que yo suelo defender es la de que una letra es un género distinto al de la poesía, entre otras cosas porque el letrista está supeditado a la música, mientras que el poeta vuela libre sobre el folio en blanco. Además creo que la música tiene un peso brutal en la forma en que entendemos las canciones, en cómo nos afectan.La melodía es lo primero que nos entra por las orejas, mientras que el texto espera una escucha más atenta. Y un ejemplo de esto son las versiones que he seleccionado hoy.

El original, firmado por Los Planetas en su disco de debut, es un trallazo de canción, un tema directo, puro rock vitaminado, en contraste con la desazón del texto.



La versión del tema, firmada por el inefable Sr. Chinarro, incide mucho más en la desesperación que sobrevuela la letra, lo que se acentúa por el tono monocorde de Luque.



Ambas versiones son magníficas, pero tengo cierta debilidad por la de Chinarro, me parece que crea un ambiente muy hipnótico con la instrumentación que aporta. De cualquier forma el texto de J muestra ese visión desgarrada del amor que ha caracterizado buena parte de su obra. Y no sé porqué, pero a mi este tema me recuerda mucho a aquello de vivir así es morir de amor...