jueves, 30 de julio de 2009

Bruce, Bruce, Bruce

¡Qué tío más grande! He ido a numerosos conciertos y llegó este norteamericano y me deja perplejo (el adjetivo "helado" en pleno Julio y más de 40 grados en Sevilla hubiera sido irreal). Con una voz excepcional sin necesidad de los constantes coros de apoyo que tan de moda están, con fuerza, potencia y constancia para hacer de cada espectáculo algo único y que te enganche.

Tanto engancha y convence que la mezcla generacional era más que evidente y es que si lo ves una vez difícilmente cuando vuelva escaparás de él. Más de 80 conciertos (de los que rozan las 3 horas) dará en esta gira, se dice pronto para un tío que ronda los 60 años, casi nada.

Del setlist sí que me quedé con ganas de alguna que otra, supongo que para dejar asustos pendientes para un próximo concierto, si lo hubiera claro está, aunque "badlands", "born to run" o "outlaw Pete" sonaron como si alguien hubiera abierto la enciclopedia del rock sobre el escenario.

Humano, cercano, brillante,...Springsteen estuvo en lo que se le suponía y con la simpatía añadida de abrir el show con "Sevilla tiene un color especial".

Mientras unos usan escenarios giratorios, efectos visuales y fuegos artificiales (lo cual no critico) Bruce Springsteen y la E street band se sobran con su música, su voz y sus canciones. No son sólo pasado glorioso del rock, son presente.

domingo, 19 de julio de 2009

¿Porqué todos quieren ser como Wilco?

Pereza es un grupo al que cada vez hay que tomarse más en serio. Con "Aproximaciones" el dúo dio un salto cualitativo con respecto a "Animales", alejando su sonido del rollo tequilero-estoniano para abrirse al pop (con mayúsculas), en búsqueda de melodías complejas y textos más trabajados. Su nuevo disco, "Aviones", ya tiene primer single, "Violento amor", que responde a las coordenadas que Pereza ya había anunciado para su nueva obra: sonido americano y acústico. Osea, otros aprendices de Wilco.

"Violento amor" está dominado por el "slide", sonido característico del country, bastante chirriante para mi gusto, que aquí se popularizó a partir del "Kamikazes enamorados" de Quique González, otra de las influencias más claras que se intuyen en el disco, y en el single. Por ahí también hay ecos de los Stones, en algún guitarrazo, y el deje chulesco, a lo Burning, que siempre ha caracterizado a Leiva.



El músico madrileño, en quien se ha focalizado buena parte del cambio en Pereza, insiste en una fórmula que ya puso en práctica en "Estrella polar": el falsete. En "Violento amor" incluso lo exagera demasiado, llegando a ser cansino. Igualmente la letra, que no es nada del otro mundo, vuelve a estar acentuada de forma extraña, algo que también hizo en "Dos gotas". Leiva tiende a alargar demasiado las frases, lo que le obliga a cambiar los acentos de las palabras para que coincidan con los acentos de la melodía, lo que al final queda un poco deslabazado y dificulta la comprensión del texto

El resultado me parece un acercamiento de Pereza al rock americano, bien empastado con las características habituales del grupo, pero que no pasa de ahí. Es decir, es Pereza con sonido de slide, nada más. Obviamente hay que escuchar el resto del disco, pero la sensación que tengo es que está surgiendo una generación (Pereza, Fabián, Manolo Breis, Manolo Tarancón...) muy marcada por Quique González y el rock americano, pero que no está sabiendo asimilar esa herencia y acercarla, de algún modo, a la cultura española. El problema es que este acercamiento se tendría que haber hecho hace 30 años, pero, quitando a Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, pocas bandas lo han intentado.

En cambio he estado escuchando un tema inédito que Pereza han grabado para "Baires", llamado "Una noche cualquiera", y firmado por Rubén, y me ha parecido una canción mucho más entera que "Violento amor". Rubén no tiene una gran voz, pero Leiva sabe reforzarla con unos coros muy bien colocados. El texto es otra muestra de ese costumbrismo macarra del que hace gala Rubén ("en una noche cualquiera, más solateras que un Robinson..."), y que sabe tocar la fibra de forma sencilla, sin barroquismos.



Es una canción pequeña, con típica estructura del pop y con estribillo magnífico. Me da la sensación de que Rubén tiene una tremenda facilidad para construir canciones que emocionan con muy poco. Ha sabido captar uno de los tópicos del pop, la melancolía, y exprimirlo de forma brillante. Es el McCartney del grupo.

Veremos en que queda "Aviones", y cual es la aportación de Rubén al disco.

viernes, 10 de julio de 2009

Al cesar lo que es del cesar

Hace ya tiempo (por lo menos 5 años) corrió como la pólvora la noticia de que la canción de "1+1 son 7", interpretada por Fran Perea, era un plagio de la canción "Pure". El asunto se complicaba porque la canción era, a su vez, una versión de "Grandes éxitos", tema de Mikel Erentxun.

Ya he comentado que, conceptualmente, el plagio es algo difícil de definir: nadie crea desde la nada, todo el mundo parte de ideas, sonidos, acordes o frases,que ha dicho, escrito o tocado otro. Pero eso no funciona igual en el mundo del derecho, mucho más pragmático que las ciencias sociales, y siempre dispuesto a decidir si hay copia ilegal o no.

El caso es que Mikel ha sido absuelto, y me parece de recibo dar cierta bola a la noticia. De hecho Mikel me parece un músico que no encaja perfectamente en el prototipo de los 40 Principales (al igual que Manolo García, como comentábamos antes), y que ha cuidado bastante su carrera. Hace unos meses le vi en directo en Madrid y me pareció un gran intérprete y frontman, y con un puñado de grandes canciones.

En esta web podéis comparar las dos canciones, así como muchos otros plagios, reconocidos o no, que andan suelto por ahí. Atención a la de los Hombres G!

Aprovechando que me voy a Great Britain os dejo mi canción preferida de Mikel, inspirada en Londres:

lunes, 6 de julio de 2009

Un poco más de "Manolito"

Aunque ya publiqué mi crónica en la web me gustaría ahondar algo más en el blog sobre el concierto además de daros la oportunidad de opinar al respecto.

He pregonado las grandezas de Manolo García y como ha salido más de una vez el tema en este blog lanzo una pregunta al aire, ¿os parece Manolo García un artista comercial?

Yo me mojo y opino que es el auténtico ejemplo de que las definiciones de comercial-indie no se ajustan a un estándar predefinido o a una corriente de opinión universal. Es decir, yo opino que Manolo García es un artista independiente, crea sus canciones con libertad y explora sonidos y músicas a su libre albedrío. Distinto es que su trabajo llegue a mucho público y las formas de promoción y los recintos de su directos sean acordes al volumen de seguidores que cuenta el artista.

Del concierto poco más que añadir, tenía un tremendo mono de verlo porque desde "Arenas en los bolsillos", en la cual hice doblete, no había visto ninguna de sus giras posteriores. Este año tuve que elegir en primera instancia entre Extremoduro y Manolo pero en Sanlúcar hubo segunda oportunidad y vaya si la aproveché. Tal y como termino la propia crónica, el tiempo se detuvo.

viernes, 3 de julio de 2009

¿El sexto Beatle?

La próxima semana me voy a Liverpool a un congreso sobre Músicas Populares, así que me estoy empollando la historia de los Beatles. Y hay un personaje que formó parte de la banda en sus comienzos que nunca me había llamado demasiado la atención, Stuart Sutcliffe, hasta ayer. Siempre se habla de Pete Best como el 5º Beatle (bueno, también se utiliza para George Martin), y su figura ha ido adquiriendo cierto misterio al ser el gran derrotado de la historia de la banda, expulsado del paraíso justo cuando las cosas se ponían bien. En cambio de Stuart hay muy poco material, y las biografías del grupo pasan por encima de su papel.

Pero viendo el Beatles Antology, me fascinó el aspecto que tenía Sutcliffe, mucho más moderno que el del resto del grupo. Al parecer Stuart estudiaba en la escuela de arte junto a Lennon, de quien se hizo muy amigo. Su pasión era la pintura, pero John y Paul le convencieron para comprarse un bajo Hofner y entrar en su banda, aunque Stuart nunca consiguió dominar el instrumento, por lo que solía tocar de espaldas al público. Su aportación al grupo fue más bien de tipo conceptual (entre John y él concibieron la palabra Beatles) y estético (su novia, la fotógrafa alemana Astrid Kirchherr fue quien sugirió el peinado con flequillo al grupo), dejando el grupo tras su estancia en Hamburgo. Su final fue trágico ya que murió de un derrame cerebral, con sólo 21 años, unos días antes de que los Beatles estrenasen Love me do.

Pero, como decía, lo fascinante de Stuart para mí es su imagen, muy por encima de la del resto de la banda y que , me da la sensación, ha inspirado la de otros músicos como Brett Anderson, Alex James o Alex Capranos.