jueves, 14 de mayo de 2015

Japonés

Se aconseja leer acompañado de Belgrano de Andrés Calamaro https://www.youtube.com/watch?v=5_CZfwNm2ms

Las gracias a veces tienen el sonido de una puerta que se abre en un extrañamente caluroso día. Y tiene el sonido de canciones que evocan a tiempos pasados, de melodías que repetimos una y otra vez cuando queríamos y quisimos volar.

Las gracias tienen olor a comida japonesa y a salsa que aderezas con miel como si tu simple imagen no fuera dulce. Tienen también el olor a nuestros cuerpos que se aproximan pero no se tocan.

Las gracias tienen el color que tú quieres que tenga. Pueden ser grises como algunos recuerdos que ansías compartir para que dejen de ser oscuros y tengan más luz. Y pueden ser verdes, rojos, o amarillos...porque en tu cara suelo encontrar un arcoiris cada vez que me atrevo a mirarte.

Y las gracias tienen el sabor salado de alguna lágrima que tal y como viene se irá. Nace desde dentro de ti y aterriza en sitios que tímidamente recorro con adolescentes ojos hasta que la veo perderse también en ti.

Las gracias tienen la caducidad de una retirada, la llegada de un ascensor y el sumergirme en la noche. Las gracias tienen el sacrificio de medir lo incontenible y de soñar que cada día nos diéramos las gracias por querernos conocer.

Gracias.

martes, 5 de mayo de 2015

Del antes pasan al después

Se recomienda leer acompañado en de Cuestiones de Familia de Love of lesbian https://www.youtube.com/watch?v=K1TDEd6vfe8

Una vez más vuelves al sur. Una vez más vuelves buscando el sol aunque esta vez encontrarás nubes. Y preparas tus maletas, lo llevas todo como de costumbre. No eres de las que viajas para perder el tiempo sino para estirarlo al máximo y regalar sonrisas por donde pases.

Y llegas y duele. Te duele discutir, la incomprensión y sentarte en una mesa donde no se habla el mismo idioma. Con lo fácil que tú lo pones siempre.

Y buscas algún aliado, algún cómplice. No pierdes la esperanza de que salga el sol. Pero todos agachan la cabeza y a ti ya no te salen las palabras y respondes con lágrimas.

Alguien te dirá que salgas, que bailes, que recuerdes lo que te hace feliz. Al fin y al cabo las cuestiones de familia seguirán estando ahí mañana. Y tu cara es una mezcla de llanto, rabia y deseo de evasión. Por unas horas lo consigues hasta que llega el final y te alejas en un taxi.

Y volverás a hacer las maletas para volver al Norte y dejas como siempre una parte de ti aquí. Vuelves a mirar la mesa donde tantas reuniones habéis celebrado. Ves los muros que separan un lugar de otro, esos muros que os impide miraros y arreglarlo todo con una de tus carcajadas. Ahora te vas pero lo volverás a intentar porque no hay muro que dure eternamente ni cabezas que vivan por siempre agachadas. Al menos eso es lo que piensas mientras escuchas esa extraña canción de camino al aeropuerto, de vuelta al Norte.