jueves, 23 de abril de 2009

Mirando atrás: Tres

Javier Álvarez surgió a mediados de los 90, encuadrado dentro de una nueva generación de cantautores, junto con Ismael Serrano, Pedro Guerra o Inma Serrano. Su primer disco, lleno de melancolía, personajes marcados por la desgracia, y algún toque reivindicativo (las conocidas "Edad del porvenir" y "Uno-dos-tres-cuatro")es un éxito, cosa que Javier no asimila nada bien, plasmándolo en su siguiente disco, mucho más denso e introspectivo, lo que defrauda las expectativas de ciertos seguidores.

Tras tres años de silencio el músico publica "Tres", disco que termina por alejar a ese público anhelante del cantautor imberbe. Ya desde el libreto Álvarez muestra una imagen diferente, con el pelo decolorado y con perilla, acorde con las nuevas canciones. La primera, "Padre", comienza con la afirmación "padre, soy pajillero, maricón y drogadicto, bakalaero, okupa, rojo, puta y bizco, punki, negro y de Alcorcón", rematando la faena con el rapeado (sí, rapeado) del estribillo: "Padre, no sé estudiar, soy pecador de la pradera, soy un truhán, soy un señor, soy un hortera, y además no creo en dios". Javier mata al trovador que escupía himnos generacionales para mostrarse como un músico irreverente e iconoclasta, mucho más próximo a la ironía del punk que a la poesía cantautoril. Musicalmente Suso Sáiz, productor del disco, renueva el sonido de Javier, introduciendo todo tipo de loops, programaciones y samplers (el disco está plagado de referencias musicales, desde Mecano y Julio Iglesias, pasando por Madonna, Queen y los Beatles), creando una atmósfera diferente en la que los sonidos se mezclan. Algo así como Beck, pero mirándolo de lejos y con los ojos guiñaos.

Aun así Javier sigue llenando sus textos de melancolía, como en "Tururú", y escribiendo preciosas baladas ("...y los dos"). Su hermano Jero, fotógrafo bien conocido dentro del pop-rock español, aporta la letra de "carretera", interesante road-movie musical que acerca a Javier al pop vitaminado. En "Manda", un medio-tiempo, Álvarez critica la estrechez de miras de los programadores musicales, pero de una forma nada obvia, mientras que "Maria Luisa", musicalmente agobiante, aunque con estribillo más relajado, se introduce en la prostitución, pero de una forma más cruda que en "Piel de pantera", canción de su primer disco en la que abordaba la misma temática.

Como decía, el disco pasó bastante desapercibido, separando a Javier del público que lo adoró en sus comienzos. Sin embargo, el arriesgado giro estilístico le permitió ser lo que quería ser, y no lo que querían (las radios, las discográficas, el público) que fuese. Desde entonces sus discos han seguido gravitando en torno a unas formas musicales más convencionales, pero siempre cercanas a lo novedoso, con un Javier mucho más irónico que en sus comienzos.

Es "Tres" un disco valiente y original que sorprende al oyente, y que, a pesar de los 10 años transcurridos, sigue sonando diferente.

1 comentario:

Miguemusiqueando dijo...

Reconozco que soy de los que le perdió la pista tras su debut.