sábado, 26 de septiembre de 2009

Cuidado con el abogado

Javier de Torres es un tipo peculiar. Por el día es un temible abogado, por las noches un songwriter de lengua viperina (igualmente temible) que a través de sus canciones da rienda suelta a sus bajas pasiones. La música, que quede claro, es un hobby que practica con mucho gusto.

Mientras que algunos cambian de coche cada dos años, Javier prefiere gastarse el dinero en pagarse sus discos. Ser su propio mecenas le otorga una libertad creativa de la que pocos disponen. No hay que pensar en singles ni en suprimir palabras malsonantes, ni tampoco hacer pesadas giras (con su último disco Javier dio...¡dos conciertos!). Tampoco es cosa de caer en la autocomplacencia, por lo que Javier se rodea en cada disco de músicos rodados y reputados. Por sus grabaciones han pasado las hermanas Llanos, Manolo Mené, Carlos Raya, Ramón Redondo, Quique González...

Con 4 discos a sus espaldas (el 5º está en camino), Javier se ha mostrado como un músico solvente, que se mueve entre el pop y el rock convencional, y como un escritor fantástico. Si en sus primeros discos sus canciones rezumaban melancolía (véase la versión de "Nadie encuentra lo que busca" de 091, junto con QG), sus siguientes entregas han ido añadiendo toques costumbristas, y un gusto por la ironía muy de agradecer.

Su última obra, "Insolente", es un alegato punk (en el fondo, no en la forma) en el que Javier se muestra como un francotirador despiadado, capaz incluso de autoinmolarse. Por su guillotina pasan políticos, futbolistas, cantautores....mención especial merece "Las luces del pop", tema que abre el disco con la siguiente declaración de intenciones: "No leo a Bukowsky ni escucho a Tom Waits, y no veo encanto en pelear a la contra....cuanto daño ha hecho Dylan al rock, cuanto daño ha hecho Neil Young...", En palabras del propio Javier "hay en la canción más ironía que otra cosa, desde luego. También, supongo, ganas de negar hasta las señas propias de identidad (que por afinidad pueden también ser ajenas) y de reivindicar el pop sin pretensiones artísticas elevadas". Aun así este alegato le valió la enemistad de críticos como Santi Alcanda, y del propio QG.

Es Javier un crooner de barrio de voz escasa, un Quevedo en busca de un Góngora con el que batirse.

Una rara avis en el rock.

Un cabrón.

6 comentarios:

Salva dijo...

No sé si mis comentarios son bienvenidos en este blog, pero ya que estoy aqui diré que a mí este tío me parece un provocador (esa gente me gusta) pero con escaso talento (eso no me gusta). Si hubiera hecho una burla con gracia y tal pues bueno quizás me reiría pero es que la canción esa que se mete con QG, Dylan, Tom Waits... me pareció muy floja. Él sí que hace daño al rock.

Fer dijo...

Salva, aquí el que habla de música perfecto, el que quiera dar el coñazo que no venga.

Sobre lo otro, yo creo que es una canción con mucho fondo, muy a contracorriente. Y en ese disco tiene 4 o 5 más muy buenas, "Amapolas y trigo" tiene frases brutales.

Salva dijo...

La verdad es que no he escuchado las demás pero en la otra me pareció que trataba de llamar la atención a costa de meterse con todo cristo. En fin quizás las demás sean mejores.

juanito dijo...

Sigo a este hombre desde su primer disco, y Dando Tumbos me parece una pasada. EsteInsolente me costó mucho entrar supongo que por aquello de la duración de las canciones, pero luego me gustó mucho. Estoy con Fer, tienes frases brutales tanto en Insolente, como en anteriores trabajos "le pone ketchup al bogavante, pero su piel transparente me lo hace olvidar" muy grande. También la canción dando tumbos tiene una letra maravillosa. Por otra parte, estoy de acuerdo con salva en una cosa, y es que con esa canción quería llamar la atención, de eso no me cabe duda.

Fer dijo...

Jajaj, esa frase siempre me encantó.

Yo creo que con esa canción buscaba provocar, más que llamar la atención, ya que el tío vive de otras cosas y apenas toca en directo.

Salva dijo...

Bueno pues tendré que escuchar su disco a fondo. Eso del ketchup en el bogavante suena bien.